miércoles, 21 de diciembre de 2016

Campaña “Heladeras Fumigadas”

Las transformaciones que se llevaron adelante a partir de la década de los ´90 en las regiones agrarias, instalaron el uso de un paquete donde las semillas transgénicas y el creciente uso de agrotóxicos se convirtieron en las principales estrategias productivas. Este modelo ha fomentado el uso indiscriminado de venenos que se utilizan para la fumigación de nuestros campos y pueblos (y todo lo que hay en ellos) con aproximadamente 400 millones de litros de agrotóxicos por año.
Gran parte de los alimentos que consumimos provienen de esos cultivos y contienen una batería de tóxicos como el glifosato, el endosulfán, el 2-4D que persisten en los alimentos aún al momento de llegar a nuestras heladeras. Investigaciones recientes como la de la Universidad de la Plata muestran que 8 de cada 10 frutas y verduras contienen estos productos. Asimismo, en 2016, desde el INTA, se presentaron datos contundentes que muestran un aumento de estos residuos tóxicos en los vegetales que consumimos. Lechuga, apio, espinaca, pimiento y acelga encabezan el listado de verduras que son parte de nuestras comidas cotidianas y que están repletos de estos tóxicos.
Junto con esto, cada vez son más los estudios que evidencian los efectos que estos tóxicos tienen sobre nuestra salud. La exposición a esta batería química genera alergias respiratorias y dérmicas, afecta la salud reproductiva con aumentos de abortos mal llamados espontáneos y malformaciones congénitas, genera problemas endócrinos como hipotiroidismo, trastornos del desarrollo neurológico o cognoscitivo y tasas de cáncer que se disparan.
Pero este modelo ha despertado un sinnúmero de resistencias. Pueblos enteros que se niegan a seguir siendo fumigados, médicos/as, investigadores/as y profesionales que sistematizan, investigan y denuncian las consecuencias de este sistema en nuestra salud, agricultores/as y organizaciones de campesinos/as que han decidido producir alimentos sanos, cuidando el lugar donde vivimos y respetando nuestra vida, consumidores/as que exigen decidir qué y cómo alimentarse. Todas estas personas se han organizado para desarrollar nuevas relaciones sociales y productivas con la naturaleza, concientes de que es posible y necesario construir nuestra soberanía alimentaria en el acto cotidiano de elegir y preparar nuestros alimentos.
Desde el Encuentro Socio Ambiental Buenos Aires, construimos la Campaña “Por unas fiestas sin heladeras fumigadas”, con el objetivo de concientizar sobre el tipo de alimentos que compramos, preparamos y guardamos en nuestras heladeras para brindar a nuestras familias y amigos en estas fiestas, y promover el acceso y preparación de alimentos sanos y realmente nutritivos, producidos por campesinas/os, organizaciones y/o productores/as que vienen resistiendo a la lógica de envenenamiento del agronegocio.